sábado, 2 de abril de 2016

Todo pasa por algo...

Terminar un Skype con mi amiga Lorena y sentirme mucho más relajada, mucho más optimista. 
Es lo que tiene hablar con una buena amiga. 
Hoy me he levantado con otra actitud. He estado en la cama hasta las tantas. Necesitaba descansar. Relajarme y no correr. No ir corriendo a todos los lados. Día de pereza. No, mejor dicho, día de descubrimiento interno. 
Hablar con mi amiga y que me hiciese preguntas que son directas. Que te diga como ella me percibe, que no significa que sea cómo yo soy, cómo me percibo a mí misma. Pero que me pregunte y me dé su opinión sincera sobre cómo ella me ha visto durante mi relación con mi ex-pareja me dice mucho. Que me hiciese cuestionarme dentro de mi ciertas cosas al menos me da un poco de luz. 
Y cómo ella dice, todo pasa por algo... O al menos, eso es lo que todos queremos creer. Queremos sentir que lo que el futuro nos depara es mejor que lo que ya hemos vivido. 
La última fe que he empezado a profesar es la de aprovechar al máximo el día de hoy. Sacar el máximo provecho del presente. 
¿Cuánto me va a durar? No lo sé, pero al menos voy a intentarlo. Porque todo pasa por algo, ¿no? Al menos voy a poner de mi parte.
Feliz sábado a todos.