Terminar un Skype con mi amiga
Lorena y sentirme mucho más relajada, mucho más optimista.
Es lo que tiene hablar con una
buena amiga.
Hoy me he levantado con otra
actitud. He estado en la cama hasta las tantas. Necesitaba descansar. Relajarme
y no correr. No ir corriendo a todos los lados. Día de pereza. No, mejor dicho,
día de descubrimiento interno.
Hablar con mi amiga y que me
hiciese preguntas que son directas. Que te diga como ella me percibe, que no
significa que sea cómo yo soy, cómo me percibo a mí misma. Pero que me pregunte
y me dé su opinión sincera sobre cómo ella me ha visto durante mi relación con
mi ex-pareja me dice mucho. Que me hiciese cuestionarme dentro de mi ciertas
cosas al menos me da un poco de luz.
Y cómo ella dice, todo pasa por
algo... O al menos, eso es lo que todos queremos creer. Queremos sentir que lo
que el futuro nos depara es mejor que lo que ya hemos vivido.
La última fe que he empezado a
profesar es la de aprovechar al máximo el día de hoy. Sacar el máximo provecho
del presente.
¿Cuánto me va a durar? No lo sé,
pero al menos voy a intentarlo. Porque todo pasa por algo, ¿no? Al menos voy a
poner de mi parte.
Feliz sábado a todos.