Voy a empezar esta entrada con
una afirmación que costó mucho confirmármela a mi misma: ME GUSTAN LAS
MUJERES.
Sí, así es, así de claro. En
letras mayúsculas.
Me gustan las mujeres. Y esto me
ha costado toda mi vida reconocerlo.
Sabía que era diferente cuando
era una adolescente. ¿Qué pasaba? Me gustaba ese chico unos cuantos años mayor
que yo, pero también una chica que había conocido hacía unos días. Pensé que lo
que yo veía en la chica era amistad. Y esto se replicó en varias ocasiones, no
solo en la adolescencia, sino también en la temprana edad adulta.
El punto de inflexión vino cuando
me di cuenta, con 28 años ya, que no podía dejar de obviar algo que crecía más
y más en mi interior. Eso fue hace 3 años.
Recuerdo aquel verano, empecé a
buscar online,
a leer, a preguntar a un compañero de trabajo gay y a una chica lesbiana como se dieron
cuenta, como fue su primera vez, por sus miedos, por la reacción de la familia
y de los amigos, en definitiva, por sus experiencias personales.
Y entonces, sin buscarlo, sin
pensarlo y por pura casualidad, tuve mi primera experiencia con una mujer.
Divina experiencia. Fue lo más natural del mundo. Me dejé llevar por las
sensaciones.
Desde aquella noche hasta hoy han
pasado muchas cosas importantes para mí. Me defino como bisexual, he podido
aceptarme, he salido de todos los armarios (con los amigos, con la familia, con
mi padre, con los compañeros de trabajo), he tenido una relación (que me hizo
crecer en este aspecto, aceptarme, no sentirme avergonzada por lo que puedan
pensar otros), he marchado en un orgullo, he conocido a gente como yo y me he
aceptado. Todo un proceso que merece la pena.
"La Nota Aguda" es el blog donde expongo mis pensamientos, reflexiones y divagaciones diarias, escribiendo sobre todo aquello que creo que merece la pena ser compartido. Este blog es aquel pensamiento que sobresale en mi cabeza por encima del resto, como "la nota aguda" que oímos al escuchar una melodía.
domingo, 26 de junio de 2016
sábado, 11 de junio de 2016
Tras la ruptura
Ya han pasado 3 meses desde que me dejó.
Nos hemos visto en varias ocasiones.
Reacciones emotivas al inicio que pasaron a ser distantes y frías.
Sigo queriéndola y me duele verla.
Intento no ir donde se que la veré pero a veces es imposible.
Porque no me da la gana dejar de asistir a eventos
por la simple razón de que ella esté alli.
Y de echo, al asistir a esos eventos,
conocí a chicas interesantes
que han sido musas en mi imaginación.
Sé que ya no me piensa,
que ya soy historia para ella,
que su vida sigue sin mi,
al igual que la mía sigue sin ella,
pero esa sensación de abandono vuelve de vez en cuando
para molestarme durante unas horas y
hacerme recordar que la sigo queriendo...
sábado, 2 de abril de 2016
Todo pasa por algo...
Terminar un Skype con mi amiga
Lorena y sentirme mucho más relajada, mucho más optimista.
Es lo que tiene hablar con una buena amiga.
Hoy me he levantado con otra actitud. He estado en la cama hasta las tantas. Necesitaba descansar. Relajarme y no correr. No ir corriendo a todos los lados. Día de pereza. No, mejor dicho, día de descubrimiento interno.
Hablar con mi amiga y que me hiciese preguntas que son directas. Que te diga como ella me percibe, que no significa que sea cómo yo soy, cómo me percibo a mí misma. Pero que me pregunte y me dé su opinión sincera sobre cómo ella me ha visto durante mi relación con mi ex-pareja me dice mucho. Que me hiciese cuestionarme dentro de mi ciertas cosas al menos me da un poco de luz.
Y cómo ella dice, todo pasa por algo... O al menos, eso es lo que todos queremos creer. Queremos sentir que lo que el futuro nos depara es mejor que lo que ya hemos vivido.
La última fe que he empezado a profesar es la de aprovechar al máximo el día de hoy. Sacar el máximo provecho del presente.
¿Cuánto me va a durar? No lo sé, pero al menos voy a intentarlo. Porque todo pasa por algo, ¿no? Al menos voy a poner de mi parte.
Feliz sábado a todos.
Es lo que tiene hablar con una buena amiga.
Hoy me he levantado con otra actitud. He estado en la cama hasta las tantas. Necesitaba descansar. Relajarme y no correr. No ir corriendo a todos los lados. Día de pereza. No, mejor dicho, día de descubrimiento interno.
Hablar con mi amiga y que me hiciese preguntas que son directas. Que te diga como ella me percibe, que no significa que sea cómo yo soy, cómo me percibo a mí misma. Pero que me pregunte y me dé su opinión sincera sobre cómo ella me ha visto durante mi relación con mi ex-pareja me dice mucho. Que me hiciese cuestionarme dentro de mi ciertas cosas al menos me da un poco de luz.
Y cómo ella dice, todo pasa por algo... O al menos, eso es lo que todos queremos creer. Queremos sentir que lo que el futuro nos depara es mejor que lo que ya hemos vivido.
La última fe que he empezado a profesar es la de aprovechar al máximo el día de hoy. Sacar el máximo provecho del presente.
¿Cuánto me va a durar? No lo sé, pero al menos voy a intentarlo. Porque todo pasa por algo, ¿no? Al menos voy a poner de mi parte.
Feliz sábado a todos.
lunes, 14 de marzo de 2016
Ruptura
Llegar al aeropuerto y ver a mi pareja tras 6 semanas es algo que estaba deseando.
Mi sorpresa fue su reacción. Un simple abrazo y un beso en la mejilla.
Algo va mal. Lo intuía desde hacía unos días.
Nuestras conversaciones no eran tan frecuentes y sus respuestas más cortas.
Llegamos a mi casa y no puedo aguantarlo más. Necesito saber que pasa.
Finalmente lo suelta. No me quiere. Quiere dejar la relación.
Me duele todo en ese momento.
Una sensación de abandono me invade.
Yo la quiero e intento hablar con ella pero me lo deja bien claro.
Cuando se marcha... las lagrimas no pueden cesar.
Y aquí sigo, pensando en ella y sin poder dormir.
Mi sorpresa fue su reacción. Un simple abrazo y un beso en la mejilla.
Algo va mal. Lo intuía desde hacía unos días.
Nuestras conversaciones no eran tan frecuentes y sus respuestas más cortas.
Llegamos a mi casa y no puedo aguantarlo más. Necesito saber que pasa.
Finalmente lo suelta. No me quiere. Quiere dejar la relación.
Me duele todo en ese momento.
Una sensación de abandono me invade.
Yo la quiero e intento hablar con ella pero me lo deja bien claro.
Cuando se marcha... las lagrimas no pueden cesar.
Y aquí sigo, pensando en ella y sin poder dormir.
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