domingo, 26 de junio de 2016

El lado positivo - 3 años de descubrimiento

Voy a empezar esta entrada con una afirmación que costó mucho confirmármela a mi misma: ME GUSTAN LAS MUJERES. 
Sí, así es, así de claro. En letras mayúsculas. 
Me gustan las mujeres. Y esto me ha costado toda mi vida reconocerlo. 
Sabía que era diferente cuando era una adolescente. ¿Qué pasaba? Me gustaba ese chico unos cuantos años mayor que yo, pero también una chica que había conocido hacía unos días. Pensé que lo que yo veía en la chica era amistad. Y esto se replicó en varias ocasiones, no solo en la adolescencia, sino también en la temprana edad adulta. 
El punto de inflexión vino cuando me di cuenta, con 28 años ya, que no podía dejar de obviar algo que crecía más y más en mi interior. Eso fue hace 3 años. 
Recuerdo aquel verano, empecé a buscar online, a leer, a preguntar a un compañero de trabajo gay y a una chica lesbiana como se dieron cuenta, como fue su primera vez, por sus miedos, por la reacción de la familia y de los amigos, en definitiva, por sus experiencias personales. 
Y entonces, sin buscarlo, sin pensarlo y por pura casualidad, tuve mi primera experiencia con una mujer. Divina experiencia. Fue lo más natural del mundo. Me dejé llevar por las sensaciones. 
Desde aquella noche hasta hoy han pasado muchas cosas importantes para mí. Me defino como bisexual, he podido aceptarme, he salido de todos los armarios (con los amigos, con la familia, con mi padre, con los compañeros de trabajo), he tenido una relación (que me hizo crecer en este aspecto, aceptarme, no sentirme avergonzada por lo que puedan pensar otros), he marchado en un orgullo, he conocido a gente como yo y me he aceptado. Todo un proceso que merece la pena.

sábado, 11 de junio de 2016

Tras la ruptura

Ya han pasado 3 meses desde que me dejó.
Nos hemos visto en varias ocasiones.
Reacciones emotivas al inicio que pasaron a ser distantes y frías.
Sigo queriéndola y me duele verla. 
Intento no ir donde se que la veré pero a veces es imposible.
Porque no me da la gana dejar de asistir a eventos 
por la simple razón de que ella esté alli. 
Y de echo, al asistir a esos eventos, 
conocí a chicas interesantes 
que han sido musas en mi imaginación.
Sé que ya no me piensa, 
que ya soy historia para ella, 
que su vida sigue sin mi, 
al igual que la mía sigue sin ella, 
pero esa sensación de abandono vuelve de vez en cuando
para molestarme durante unas horas y 
hacerme recordar que la sigo queriendo...